Texto y fotos: Melisa Condorí
En enero del 2016 pude comprar mi primera cámara reflex y comencé a estudiar fotografía. Casi siempre me pregunto ¿Qué busco en la fotografía? ¿Qué intento mostrar con mis fotos? ya pasaron 4 años y aún no lo se. En la casa de mi infancia no había una cámara, no hay fotos de mamá embarazada, no hay fotos de mi hermano más chico, Claudio, de bebé. Las pocas fotos que tenemos fueron sacadas por vecinos, amigos o algún familiar que contaba con la suerte de tener una.
Una vez armé un álbum con las fotos de mi familia, un álbum usado de alguna otra familia. Son pocos los recuerdos que tengo, pero recuerdo que era alto, viejo y con folios rayados. Un álbum ajeno, fotografías tomadas por otras personas. A veces suelo buscar en los recuerdos e intentar llegar a una fotografía con mis hermanos, intentó buscar momentos y dejarlos de alguna manera.
En el 2010 cuando falleció Claudio busqué fotos de él, pero pocas encontré. Lo soñé durante muchos años y creía que jamás me iba a olvidar de su carita. Hace unos días encontré una foto de él en una billetera y me di cuenta que ya no recordaba tanto su rostro, ni el hoyuelo que se le formaba cada vez que sonreía. Son pocas las fotos que tenemos en casa, pero son muchos los recuerdos que tengo de él.
Cada vez que salgo con mi cámara es como un viaje fuera de la realidad. Empezar a estudiar fotografía, ir a marchas, recitales, me hizo vivir cosas nuevas, fue un despertar en mi vida. No se si considerarme fotógrafa, lo que sí sé es que salir con la cámara es como viajar a otras historias, otros mundos, otros, otros. Y en esos otros, me voy reconstruyendo yo.