Fotografías y Texto: Cristian Pecci
El día que me prestaron una cámara réflex y luego de unos rápidos tips para poder usarla, empecé a descubrir un mundo nuevo.
Soy fotógrafo, porque es la forma que me lleva a abstraerme de una determinada parte del mundo y conocer otra. Es un escape de lo cotidiano, un escape de estar encerrado en una fábrica laburando 12 hs por día, una forma de conectarme con mis sentidos y expresar mis emociones.
No es mi trabajo, es un gran pasatiempo que lo disfruto cada vez que puedo. Me doy cuenta que, aunque me encuentre sin la cámara, siempre estoy sacando fotos, solo con la mirada y las guardo en mi mente. En cualquier circunstancia, mientras manejo, trabajo o estoy con amigos, de alguna forma creo, que la fotografía se fue apoderando de mí.
Me gusta la fotografía en todas sus formas y me capacito constantemente. Disfruto de retratar un momento, la espontaneidad, contar una historia, transmitir emociones, mostrar lo bueno, lo malo o lo injusto, evidenciar. Captar la naturaleza en todo su esplendor, apreciando la vida y el aire libre, exponiendo sus formas, colores y texturas. Apelando a mi memoria emotiva, recuerdo que de niño me atraía mirar libros con imágenes de animales y hoy esas fotos las puedo hacer yo.
Conocer y contar a través de una imagen historias de vida y quizás, de alguna manera brindar una ayuda, colaborar, sentirme más humano o tener más humanidad. Como cuando conocí a Milagros en un pequeño pueblito de La Rioja o Víctor, un vendedor ambulante cerca de la estación de tren de mi barrio.
La fotografía me da el poder de dejar detenido el tiempo en una imagen, como también archivar los sentimientos, que reviven cada vez que vuelvo a mirar las fotografías.
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