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COVID LATAM: UN PROYECTO FOTOGRÁFICO PARA MOSTRAR LA PANDEMIA EN LATINOAMÉRICA.

Covid Latam es un proyecto colectivo en el que 18 fotógrafos, desde una cuenta de Instagram, se propusieron contar los avances del Covid-19 a lo largo de toda Latinoamérica. “9 fotógrafos + 9 fotógrafas + 1 virus”, es la premisa desde la que partieron para que cada integrante, desde su lugar, narre este evento que atraviesa el mundo entero desde una mirada latinoamericana.

Entrevistamos a Sebastián Gil Miranda, Matilde Campodónico, Pablo Piovano y Rodrigo Abd para que nos cuenten más del proyecto.


Por: Leandro Crovetto, Rodrigo Herrera Lareu y Juan Jose Thomes


 

Una vecina del barrio del Cerro usa un tapa cara hecho con un botellón de agua mientras hace cola en una olla popular en el centro de Montevideo, Uruguay. Foto: Matilde Campodónico - Covid Latam.


¿Cómo se formó el proyecto? ¿Cuáles fueron los objetivos a la hora de armarlo?

Sebastián Gil Miranda: Yo había dirigido proyectos fotodocumentales durante el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos en Brasil. Habían sido proyectos que habían funcionado muy bien con más de 30 fotógrafos internacionales. Y la dinámica había sido muy interesante porque al abordar un mismo tema con diferentes miradas lo hacía mucho más profundo y más rico. Entonces se me ocurrió hacer lo mismo. A los primeros que contacté fue a Fede Ríos y a Pablo Piovano. A los dos les gustó la idea, y juntos empezamos a pensar más nombres, en dos días teníamos una base armada con la idea de equiparar hombres y mujeres: 9 y 9 para jugar con esta idea simbólica del 19. Ser 18 fotógrafos registrando 1 virus.

Rodrigo Abd: A mi me llamó Pablo Piovano me contó la idea y me contactó con Sebastián. El objetivo fue muy claro desde un principio, documentar la pandemia en los lugares donde estábamos porque en principio no se podía viajar a ningún lado, entonces que cada quien, desde su lugar, cuente lo que estaba pasando en fotos.

Matilde Campodónico: Cuando recibí la propuesta de Sebastián, en primer lugar yo soy de decir que sí, en general, tengo un ánimo vital hacia el sí. Cualquier cosa que implique un desafío o que cambie algo me parece que es interesante solo por ser algo distinto. Y bueno, una vez que estoy adentro me encuentro con que es un lugar realmente distinto a otros lugares. Es un lugar en el que me siento muy a gusto y se ha convertido en una cosa muy importante en mi vida conocer a estas personas, porque son muy distintas a mí, también desde el lenguaje fotográfico, y sin embargo encuentro un lugar en el cual siento que se me contempla y que yo contemplo. Y el respeto que les tengo ha crecido con el tiempo.

Pablo Piovano: Lo lindo y lo interesante es que éramos un grupo que en su mayoría no nos conocíamos pero que respetamos el trabajo del otro, entonces fue un lindo encuentro. Me acuerdo en el primer Skype encontrarme con fotógrafos que yo venía mirando pero que no les conocía las caras ni su vibración y ahora ya nos conocemos, se arman grupos de trabajo, va creciendo y va hacia un lugar que uno nunca sabe que puede ser.

Flor Vaso lleva a su madre Carmen Reyes, de 84 años, luego de la vacunación contra la Influenza, durante el estado de emergencia decretado por el gobierno. Lima, Perú. Foto: Rodrigo Abd - Covid Latam


¿Cómo es la metodología de trabajo? ¿Hay alguna línea editorial a la hora de abordar la pandemia?

Sebastián: El proyecto empezó de una manera y se fue acomodando en función de necesidades. También las reuniones son un poco para ir viendo qué teníamos ganas de hacer, de qué manera podíamos generar nuevos modos de acercamiento y lenguajes distintos. Al principio elegimos la plataforma de Instagram porque nos parecía lo más inmediato, una forma rápida de tener audiencia porque ya traíamos cada uno de nosotros sus propios seguidores y algunos con muchos realmente. Entonces eso ya nos generaba una base interesante. Al principio empecé posteando yo, armamos una especie de curaduría en la cual cada uno elegía lo que quería mandar y en función de eso después se iba haciendo una selección y se iba posteando tratando de generar pequeños lenguajes internos. Así fue más o menos durante los primeros tres meses. Después nos fuimos acomodando y fuimos rotando.

Pablo: La idea es que haya 3 posteos por día y que vayamos todos actualizando. Tenemos un drive donde vamos subiendo lo que va produciendo cada uno y cuando hay una historia le entregamos el feed a quien la tenga resuelta para que vaya subiendo. Es una cuenta compartida y la vamos agarrando cada 15 días. Cada uno hace su propia edición.

Rodrigo: Línea editorial, no. O sea me parece que la idea está puesta en que los fotógrafos (que son todos muy buenos), confiamos en la mirada del otro, para que cuente cómo ve el Covid y su país en un momento histórico. Que cuente cómo lo ve de esa forma que puede ser un abordaje completamente personal, familiar o un abordaje un poco más periodístico como es el mío. Pero hay otros abordajes que tienen que ver con historias particulares, otros con la calle, otros con su coyuntura puntual de su vida cotidiana. No hay una bajada de línea de lo que hay que hacer. Me parece que todos respetamos el estilo de cada quien, sus búsquedas e historias. Lo que tratamos de buscar en esta primera instancia es cómo organizarnos, cómo sacarle provecho a ese formato de Instagram, que si bien tiene unos años nadie lo termina de entender bien, creo yo. Cómo sacarle provecho a eso y cómo aprovechar oportunidades que se nos han dado.

Matilde: Yo en realidad empecé caminando, salía a hacer lo que veía. O sea no hice especialmente algo para este fin, sin embargo se me armó una historia completa en los tres primeros meses y después sí, salí a hacer algo específico. Se me ocurrió hacer un trabajo con una compañera periodista sobre Covid y trabajo sexual, porque están todas las trabajadoras sexuales sin poder trabajar y están en condiciones muy precarias viviendo en los prostíbulos porque no pueden pagar sus alquileres. Pero en términos generales los posteos no tienen una idea de trabajo sino que simplemente se construyó en base a lo que iba pasando. Ahora no sé para donde seguir porque de alguna manera en Uruguay el coronavirus tuvo poco impacto y la vida es muy normal, acá la gente hace muchos meses que trabaja normal y los niños ya tienen presencialidad completa en la escuela. Yo creo que el trabajo que hice tiene que ver más con algo que está en el aire, la sensación de estar enfrente de una situación que no sabés cómo vas a salir. Y pasa igual que en todos los demás países, que la gente que estaba al borde de la pobreza cayó en la pobreza entonces son esos los temas que de alguna manera seguí. No me propuse nada específico, simplemente seguí una cosa natural. Creo que cada uno un poco hizo eso excepto los que tenían assigments específicos. Fue todo intuición y seguir el lenguaje que normalmente yo hablo, venía bien porque era todo un mundo muy vacío, muy quieto y ese aire denso era fotografiable y eso es lo que traté de ilustrar.

Sebastián: También empezamos a invitar a colaboradores externos para hacer el proyecto más inclusivo, más abarcativo y darle la oportunidad a otros colegas para que pudieran mostrar también su trabajo. Y mostrar incluso países donde no podemos estar abordando nosotros y que en ese sentido se haga mucho más amplio.


Hombre sin hogar frente a un negocio de diseño de interiores en pleno aislamiento obligatorio. Buenos Aires, Argentina. Foto: Pablo Piovano - Covid Latam


¿Qué similitudes y diferencias encuentran en cada país respecto al virus? ¿Cuál es el factor común que atraviesa a Latinoamérica?

Sebastián: Al ser tantos fotógrafos distintos, en países distintos y con miradas distintas, no sé hasta qué punto se llegan a percibir esas similitudes o diferencias pero sí siento que de fondo hay algo que une y que permite aunar y contar y narrar algo común. Sí siento que el aislamiento pega de distintas formas en diferentes lugares y en Latinoamérica sin duda las familias son más importantes o necesitamos más de las familias y de los amigos que en otros lugares y eso es algo que se percibe, que está latente. También noto similitudes en la forma de abordar, en la forma de mirar, de percibir la realidad, las situaciones. Creo que hay un lenguaje particular de la mirada latinoamericana, el modo de mirar más allá de todas las diferencias que puedan haber. Creo que no es casualidad que el proyecto se haya generado y haya generado estos colores y estas texturas y creo que lo hace porque naturalmente hay una forma de abordaje que llama la atención. En el caso de Matilde, por ejemplo, a mi me parece que ese vacío en Uruguay es muy Matilde. Yo eso lo fui descubriendo después, pero apenas lo vi me pareció un lenguaje super interesante y para mí ahora la pandemia en Uruguay es su trabajo. Genera una impronta específica. También, por ejemplo, el trabajo de Tamara, que no salió de la casa y decidió narrar desde adentro el vínculo que se genera entre las tres generaciones que conviven: abuela-madre-hijo. La madre incluso se terminó enfermando de coronavirus, término aislada, o sea que tuvieron también el aislamiento dentro de la propia casa. Eso también me parece muy interesante, la forma de poder contar sin salir de casa, es una pandemia que también se transmite, está ahí a pesar de no haber salido.

Pablo: Había prácticamente dos visiones: una hacia el adentro y otra hacia el afuera. Entonces fotógrafos como Rodrigo, que están en la calle narrando la vida cotidiana y la noticia, miraron siempre para afuera. Pero está Tamara Merino, que está haciendo un trabajo precioso sobre su maternidad, sobre la vida que la encontró en pandemia con su madre. Ahí se generó algo muy potente hacia adentro y eso hace que se converse muy bien también en grupo. Cada uno tiene un lenguaje bastante pulido y siempre suman las miradas, siempre están sumando las miradas.

Rodrigo: Bueno creo, que lo que nos hemos dado cuenta es que la pandemia viene a hacer más obvio los problemas que ya teníamos, como continente en general, y cada país en particular. Si bien obviamente vamos hablando en las reuniones de las diferencias que hay entre un lugar y otro creo que todos estamos en la misma línea. Todos al final caemos en el mismo punto que es la inequidad, la pobreza estructural, la falta de servicios básicos. Lo desconectados que están los territorios indígenas con el poder central. Lo mal equipado que estaba el sistema de salud, antes de comenzar toda esta pandemia. El nivel de corrupción, bueno, había un montón de cosas que estaban latentes y la pandemia viene a ponerlos en la superficie. Eso es lo que estuvimos viendo en estas reuniones, lo que fue interesante, creo yo, fue darnos cuenta a partir de la conversación que al final, todos teníamos problemas en común. Al final lo que pasaba en México tenía mucho que ver con lo que pasaba en Perú, Argentina, Brasil, Chile. Pero al mismo tiempo me parecía interesante que a pesar de que haya problemas muy parecidos, si vos mirás el reporte son miradas tan distintas, son abordajes tan personales que uno no ve que hay una unidad concreta, se puede ver la diversidad también de lo que pasa, se pueden ver los puntos en común. Y se pueden ver las particularidades de nuestro continente, a partir de la mirada de 18 fotógrafos dando vueltas por él.


Hombre en bicicleta en la Villa 31, uno de los barrios de emergencia más grandes y céntricos de la Ciudad. Buenos Aires, Argentina. Foto: Sebastián Gil Miranda - Covid Latam


¿Cambió la forma de abordar el fotoperiodismo en relación a la pre-pandemia? ¿siguen/tienen estrategias de autocuidados (físicos y psicológicos)?

Matilde: Bueno en mi caso se destruyó completamente la agenda natural y quedamos libres de ese mundo de partidos de fútbol, Copa Libertadores y partidos de la selección. Eso generó que, por lo menos en la agencia (AP), las coberturas quedaron en manos del buen criterio de los integrantes. Cada uno con su antena natural a hacer lo que sentíamos que teníamos que hacer, incluso respecto al cuidado de su salud. Hay toda una normativa que te mandan, tenés que pedir permisos si querés entrar al hospital, pero más allá de eso, cuáles eran los lugares donde te querías meter dependía de vos, no había nadie que te obligue a nada. De alguna manera fue algo sensato lo que se hizo, no sé si en todos los lugares fue así pero por lo menos en este entorno lo que ocurrió fue muy orgánico: confío en ustedes, los que están del otro lado y que cada uno lo agarre de la manera que cada uno crea. Respecto del cuidado, el acto de responsabilidad también recayó sobre nosotros. Nadie nos iba a decir qué hacer, uno va a hacer lo que sienta más cómodo a nivel ético. Yo no entré a un hospital con coronavirus, no era necesario además porque en Uruguay el máximo de coronavirus que hubo en el peor momento fueron 16 personas, no era algo que necesitara urgentemente ser narrado, o sea podía ser narrado justamente porque había poca gente en el hospital.

Sebastián: Yo en ese sentido lo que siento que marca la dinámica del proyecto es que justamente dentro del grupo no somos todos fotoperiodistas. Entonces esto que estaba contando Matilde en cada caso nos moviliza de una manera distinta. Yo en mi caso particular no trabajo para medios, rara vez hago asignaciones, las hago pero pocas y muy selectivas y esa libertad que decía Matilde la tengo habitualmente porque yo decido los proyectos que quiero hacer y manejo mi agenda. Creo que eso también es un poco la libertad de haber elegido y la propuesta de crear un colectivo como Covid Latam. Me gusta mucho el trabajo colectivo, creo que es muy enriquecedor no solo a nivel proyecto sino a nivel humano, aprendemos mucho los unos de los otros. Dentro del colectivo hay perfiles fotoperiodísticos, otros más documentalistas, otros más conceptuales, otros que son una mixtura y eso va generando también diferentes formas de aproximarse. La fotografía para mí es como un puente para intentar ayudar a mejorar las condiciones de fondo. Siempre entendiendo que hay personas, que hay esperanzas, que hay sueños. Si bien trabajo en contextos muy vulnerables, trato de vincularlo siempre a la vida y eso es algo que también tiene el proyecto. El proyecto está muy vinculado a esa vida, por eso no está tan marcado o enfocado solamente a lo trágico sino que también tiene mucho de lo cotidiano, de la posibilidad de vivir, de cómo seguimos estando, de qué estamos haciendo, de cómo nos unimos, de cómo podemos repensar un mundo mejor y eso va generando diferentes posibilidades y construcciones.

Pablo: El periodismo siempre está en movimiento. Es algo que no puede detenerse, todo puede convertirse en una noticia. Yo creo que no ha cambiado mucho. Lo que ha cambiado sí, y no puntualmente por la pandemia, es que hay una crisis muy grande dentro de los medios masivos que dejaron de ser espacios que narran la memoria de un país, de un lugar, de una región. Básicamente porque están desfinanciados o porque no quieren narrar eso y porque se han convertido en operadores políticos que tienen lineamientos ideológicos que te corren del centro, de la esencia del fotoperiodismo puro. Eso es una crisis que estamos arrastrando y que yo veo que sobre todo en Argentina es muy difícil ser fotógrafo. Lo que más me preocupa es esta cosa de estar perdiendo la memoria de los acontecimientos políticos y sociales de nuestro tiempo, de nuestra gente. Ahora tal vez son las organizaciones, ONG, premios o becas que permiten hacer trabajos un poquito más profundos que una nota periodística porque los medios están prácticamente muertos y vaciados de contenido.

Rodrigo Abd: Yo antes viajaba mucho a cubrir otras historias y a otros colegas del colectivo les pasaba lo mismo. Éramos de viajar mucho más y esto de la pandemia nos dejó cubriendo los temas en nuestros países, en nuestros lugares de base. Lo que también cambió es que una nota generalmente uno la hace en una semana, dos semanas, tres semanas. Hay un comienzo y un final de la historia, y lo que está pasando con la pandemia es que es una nota que llevamos en Perú desde el 10 de marzo. Es larguísima, es agotadora, es intensa, ha pasado por varios momentos y no se termina. Eso sí es novedoso. Una cosa interesante del colectivo es poder no sólo compartir un trabajo, una idea sino también poder compartir los éxitos y las penurias, darnos una mano en las buenas y en las malas, entre todos. Creo que también sirvió mucho para apoyarnos en un momento tan delicado, de tanta incertidumbre, donde todos trabajamos tan solos. Los miércoles es un momento para compartir, para pedirnos consejos y eso funciona muy bien. Es un grupo lindo, creo que había una necesidad de cada uno de nosotros de pertenecer a algo. Creo que este colectivo fue lindo por la manera en que surgió, en el momento que surgió.


Francisco Jaime, de 84 años, se encuentra en su casa, antes del inicio de un toque de queda decretado por el gobierno Lima, Perú. Foto: Rodrigo Abd - Covid Latam


¿Cómo ven el futuro del proyecto?

Sebastián: Yo creo que eso va a ir fluyendo. Ya tuvimos un par de exposiciones: una en el Bronx Documentary Center, también en El Salón Fotográfico del Sur en Godoy Cruz. Esa fue muy interesante porque además fue una exposición física con visitas virtuales y los organizadores a partir de ese trabajo armaron Covid Mendoza. Después de eso tuvimos otras invitaciones, estuvimos en un par de paneles con Ana Carolina Fernandes en Brasilia, nos invitaron ahora al Foto Rio, tenemos también una invitación para participar en una exposición con proyección en la Maison de l'Amérique Latine en París e íbamos a participar del Noviembre Fotográfico en La Habana. En la medida que vaya avanzando el proyecto, van a ir surgiendo más invitaciones, más propuestas y después es probable que también termine siendo un libro o abriéndose a otras posibilidades distintas. Nosotros hicimos proyecciones, decidimos hacer una acción de invitar a gente que tuviera proyectores en su casa a proyectar todos juntos una noche nuestro trabajo desde sus casas a edificios y paredes y fue una iniciativa muy linda que por ahí repetimos. También en Bolivia se iba a proyectar el trabajo en la vía pública, en pantallas gigantes distribuidas por distintas partes de la ciudad y bueno ahí hay también otra posibilidad de generar cosas.

Rodrigo: Creo que el objetivo es avanzar en otras direcciones, porque entendemos que la pandemia en algún momento ojalá que termine. Yo espero que nos transformemos en otra cosa, con otro nombre. Otra idea, manteniendo esta idea, esta esencia de fotógrafos con una idea del mundo, de nuestro continente y de la fotografía en común. Creo que todos tenemos la misma pasión, por documentar lo que nos pasa en Latinoamérica y tratar de sensibilizar a un continente, sobre los desafíos que tenemos a través de las imágenes de la fotografía. Desde la diversidad de las miradas, también que eso es lo más importante. Estoy seguro que cuando tengamos que documentar otra cosa que no sea una cosa única como es la pandemia, podamos contar nuestro continente, desde la diversidad de miradas.



El colectivo completo lo conforman Federico Rios Escobar, Iván Valencia y Fabiola Ferrero en Colombia, Tamara Merino en Chile, Rodrigo Abd en Perú, Fred Ramos y Ale Cegarra en México, Glorianna Ximendaz en Costa Rica, Pablo Piovano y Sebastián Gil Miranda en Argentina, Matilde Campodónico en Uruguay, Ana Carolina Fernandes y Rafael Vilela en Brasil, Andrea Hernández en Venezuela, Daniele Volpe en Guatemala, Johis Alarcón en Ecuador, Sara Aliaga en Bolivia y Eliana Aponte en Cuba.



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