Agustina tiene 29 años y hace 4 que sale con la cámara a la calle para hacer distintas coberturas de los conflictos que ahí se reclaman. Forma parte del equipo de comunicación de La Retaguardia y de “La Obrera. Colectivo fotográfico”. Su principal fuente laboral es cubrir los reclamos dentro del sindicato del neumático en la fábrica Firestone de Llavallol. -Por suerte puedo trabajar de algo que me guste: el conflicto de laburantes dentro de un sindicato combativo y antiburocrático-, dice. También colabora en distintos medios de manera freelance.
Debido a la crisis económica y social que atraviesa el país, a partir del 20 de Julio de
este año, muchas personas sin techo fueron instalándose en un predio de aproximadamente 100 hectáreas ubicado en Guernica, Provincia de Buenos Aires. Hoy, en total viven cerca de 2500 familias que están amenazadas con ser desalojadas.
Agustina fue a cubrir la toma y cuenta como fue su experiencia con la gente del lugar.
Por Leandro Crovetto
¿Cómo llegaste a Guernica?
Del conflicto me enteré esa semana que sucedió y no pude concretar la visita esa primera semana porque era todo bastante incierto. Una vez que se fue profundizando la toma y avanzando con la organización pude ir a una de lasmovilizaciones que se hizo desde la toma hacia el municipio y a partir de ahí no dejé de ir. Cualquier instante que tenía libre lo usaba para cubrir, hasta hoy que sigo yendo todos los días. Lo hago por iniciativa propia, no me mandan desde La Retaguardia ya que es un medio autogestivo y las notas se van pensando a partir de nuestras posibilidades. Guernica dentro de todo me queda cerca y el vínculo que se fue generando con los vecinos y vecinas es bastante fuerte. Me parece necesario que las personas mismas cuenten en primera persona lo que están viviendo ahí, tanto acerca de la reivindicación de la toma de tierras como las necesidades básicas que no están cubiertas y los padecimientos dentro de la toma que tienen que ver con la falta de trabajo, de alimento y obviamente
vivienda. Pero principalmente fui por una cuestión de compromiso y saber que es necesaria la difusión porque desde nuestro rol como fotoperiodistas y parte de los medios de comunicación alternativos o comunitarios necesitamos hacer un contrapeso desde lo que se plantea de lo medios comerciales que muchas veces tienen intereses en los conflictos que cubren y por eso generan opinión pública en contra de los pobres.
¿Qué viste cuando llegaste ahí? ¿Qué sensaciones o pensamientos te trajo este encuentro con los participantes de la toma?
Las sensaciones son muchas. En un principio mucha angustia, porque hay mucha pobreza y desigualdad estructural, muchas familias que nacieron en la pobreza y vivieron mucho tiempo en la calle. Que te relaten desde su humildad su historia de vida y que te agradezcan que estés ahí es super emotivo. La verdad es que vivís de todo y el vínculo cuando te van viendo recorrer la toma se afianza y te invitan a su casa, te convidan un mate, te dicen que te quieren volver a ver. Entonces desde lo humano es imposible no conmoverse y no querer que cambien la situación en la que viven y que se gane esa lucha que para mí es el derecho a la vivienda digna pero también la reivindicación de la ocupación como un acto de libertad y justicia realizado por un montón de vecinos organizados. Desde lo integral de la situación me parece que si ganan esta pelea
sería un triunfo sin precedentes. Y desde lo emotivo, te agradecen mucho. A mi me parece que el acto de tomar tierras es un acto de valentía y también de desesperación, pero sobre todo de reivindicación de tomar lo que nos corresponde y eso me parece demasiado inmenso.
Y, como dije antes, es súper emotivo, la verdad es que desde que estuve ahí no puedo no volver. Todo el tiempo estoy en comunicación con ellos, y no solo participo para difundir a través de los medios, sino también para tratar de conseguir ayuda a través de un montón de personas a las que le llega esa información. Resolver, aunque sea un plato de comida para las familias es un
montón. Si nosotros que no tenemos recursos los podemos solucionar, desde el estado debería haber una respuesta más concreta que la que están dando.
¿Cómo te posicionás vos a la hora de cubrir una noticia como esta? ¿Cómo encarás las fotografías y de qué modo establecés vínculo con los retratados?
Siempre trato de encarar las entrevistas desde el cuidado de las identidades y sobre todo pidiendo permiso porque la situación de vulnerabilidad muchas veces los compromete y los pone en una situación de víctimas y yo no quiero que suceda de esa manera Una cámara intimida y expone porque se publican en un montón de lugares y las identidades tienen que ser preservadas, voy con todo el cuidado del mundo.
En principio, lo que hago es saludar, pedir permiso y preguntar si puedo hacer la nota para un medio. Mucha gente no quiere saber nada con los medios porque ahí Crónica, Infobae, Clarín, Telefe y otros medios están generando un sentido común con respecto a las historias de vida de los vecinos, repitiendo el discurso del gobierno que los tilda de violentos. Pero cuando hago la presentación del objetivo que tengo y del medio al que pertenezco, me dejan pasar y charlamos
un rato largo. Yo por lo general grabo las entrevistas, hablo mucho y pregunto mucho, y recién después hago la foto, cuando las personas me dicen que puedo hacerla. Pregunto los nombres de todos, las edades, a qué se dedican, hace cuánto que están, cómo llegaron, cuantos hijos tienen, si trabajan actualmente.
Son como las preguntas básicas que les hago a todos los vecinos y vecinas y a los nenes principalmente porque me parece que las niñeces están siendo demasiado vulneradas y exponer el rostro de una criatura en este contexto es difícil, hay que tener la autorización de los padres. Todas las fotos de los pibes que tengo son consensuadas con su mamá y su papá y en el caso de que no tenga el permiso no la subo o si me piden que las borre, lo hago. Pero en principio la cámara la tengo a un costado y es lo último que uso. Me manejo así desde
siempre porque me parece una manera más humana, genera confianza lo que hace que sigamos en contacto, hablando para luego volver a su casa y las personas se dan cuenta de esa honestidad. No me quiero enaltecer demasiado ni ser autorreferencial (cuenta riéndose).
Es todo colectivo y reciproco. Eso genera muchas emociones y te tiene que agarrar fuerte porque si te agarra sensible, cagaste.
Escribiste una nota para La Retaguardia que se llama “Historias de Guernica” la cual está acompañada de tus fotos. Y en ella, además de aportar datos, te metiste de lleno y con mucha sensibilidad en las historias particulares que conforman la toma ¿Cómo te resulta este vínculo entre la fotografía y la escritura? ¿Cómo fuiste recogiendo esas historias que
describís en la nota?
Yo fui a la movilización, después fui al festival que se hizo un domingo y después fui a un recorrido con las organizaciones que están ahí. Nos fueron guiando a través del barrio porque es un predio muy grande. Fuimos recorriendo durante todo un día los 4 sectores y a medida que iba teniendo un ratito para charlar con la gente e iba generando la confianza como para entablar un diálogo, les hacía las preguntas y las iba anotando o grabando y después les hacía un retrato. Me
parecía importante mostrar un rostro y ponerle la historia al rostro. Son fotos más sencillas en lo compositivo, no hay demasiado rebusque en el encuadre, me pareció que iba a ser ilustrativa e informativa y que estaba buena esa forma. Ese día no fui con ningún proyecto de nota, por lo general voy a hacer foto galería y trato de complementar con la palabra porque me parece muy necesario que haya información sobre cada situación que se va viendo a lo largo de una cobertura. A veces voy con una idea y me sale, otras veces no.
Esa nota en particular me generó mucha angustia cuando la estaba escribiendo porque fue procesar todo lo que vi en un día y tratar de trasmitirlo de alguna manera. Y era escuchar los audios y tener que parar porque no podía más. En cuanto a lo emocional, a mi me está pegando muchísimo, en el cuerpo, en la cara, en el sueño, en lo cotidiano porque yo creo que cada persona que visita Guernica se va con la misma sensación y las mismas ganas de querer que se
gane esa lucha y sobre todo difundir, dar a conocer lo necesario, las historias de las personas.
Esa nota salió y por suerte pude ir complementando no solo con los testimonios de los vecinos y vecinas sino también las responsabilidades políticas y las exigencias que tienen ellos y ellas. Así quedó y estoy bastante conforme. A las vecinas también les gustó y creo que eso es suficiente. Obviamente si se difunde, ayuda mucho más.
En cuanto a los medios. ¿Qué canales usas vos para informarte? ¿Cómo crees que fue abordado el tema por los distintos medios?
Yo por lo general me informo con La Retaguardia, Anred, Anfibia, Cenital. Cuando hay algún tema en agenda, por ejemplo, lo de Facundo (refiriéndose a la desaparición seguida de muerte de Facundo Castro) pongo C5N y TN que son como los medios contrapuestos, por decirlo de alguna forma, aunque yo crea que no lo son ya que me parece que son funcionales. Leo Infobae que es un medio que odio, pero creo necesario leer. Me parece que centrarse solo en medios que no son hegemónicos también nos sesga un poco el panorama ya que la opinión pública se basa en esas empresas mediáticas. También estoy mucho en Twitter, porque ahí es el minuto a minuto de un montón de personajes y sus declaraciones entonces ahí mas o menos se ve un panorama de los temas que se van a charlar a lo largo del día.
Pienso que el abordaje que le está dando INFOBAE a esta situación es completamente asqueroso y miserable, funcional a los intereses de los de siempre, de los que tienen plata, de la propiedad privada, de los negociados que hay detrás de querer echar a las personas de ahí. Me parece que están haciendo un periodismo anti pobre, un rechazo a la gente sin recursos que me da mucho asco, pero a la vez me parece muy necesario estar al tanto de lo que están diciendo porque después las personas que se informan sin tener un punto de vista crítico se guían por lo que comunican esos medios.
Vi que Clarín está haciendo coberturas sobre Guernica casi todos los días y creo que depende de la sección del diario es el enfoque que se le da. Y después no se puede esperar mucho más: Página/12 omitiendo la responsabilidad de los funcionarios. Clarín lo mismo. Esa cuestión de grieta o no grieta me parece que es algo que se nos impuso pero que en realidad son medios comerciales que van a jugar a favor o en contra de determinado interés. Sin embargo, me parece bien informarnos a través de ellos porque tienen los recursos, la llegada y nos permite a nosotros dar una lectura a eso y a partir de ahí generar contenido propio y que responda también a todo lo que hacen estos medios que son muy perjudiciales.
Los vecinos de Guernica están hartos de esta situación también.
Nota “Historias de Guernica” de Agustina Salinas publicada en La Retaguardia:
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