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  • Paula Souilhe

40 AÑOS DESPUÉS, LA MISMA POLENTA

Actualizado: 4 nov 2020

Por Paula Souilhe.

44 años después mamá volvió a entrar a su celda.

Papá y Mamá eran militantes del PB (Peronismo de Base). Los detuvieron el 30 de agosto de 1974.

No tengo datos exactos de cuántos días ni dónde estuvieron detenidos e incomunicados antes de ser trasladados a la Alcaidía de Resistencia. Tampoco tengo muchos detalles de aquellos días. Hay detalles de los que todavía les cuesta hablar.

Ya en la Alcaidía mamá se entera que está embarazada. Presa, soltera y embarazada. Mi tía, sin demorarse en pormenores románticos y para ahorrarles algo de vergüenza a mis abuelos - dos viejos católicos franquistas - llevó un juez a la Alcaidía y los casó.

El día del casamiento, las prostitutas detenidas improvisaron una cola blanca con papel higiénico que ataron a la cabeza de mamá y le cantaron la marcha nupcial. Fue la última vez que papá y mamá se vieron hasta que ella fue liberada cinco años después.

Nací en cautiverio en mayo de 1975. Mamá y yo compartíamos celda con Mirta Clara y su hijo Juan que también nació en cautiverio. Estuve junto a mamá hasta que, en noviembre de 1976, los militares dan la orden de que yo no podía seguir en la Alcaidía.

No tengo detalles del día en que me separé de ella. Solo sé que la celadora me sacó de la celda junto con mi bolsita de ropa. A mamá no le dijeron quién me esperaba del otro lado de la puerta de hierro. Una semana después, la trasladan a la cárcel de Devoto junto a Mirtha y a otras compañeras en un Hércules del ejército. Las hacían subir las escaleras del avión con las manos atadas y los ojos vendados. Mientras subían las empujaban. Se tropezaban y caían. No sabían a dónde las llevaban. Cuando Mirtha estaba por subir al Hércules le sacan a Juan de los brazos. Juan tenía 6 meses. Mirtha gritaba - ¡Se llama Juan! ¡Sus abuelos están en La Plata! – En el Hércules las sientan en el suelo. El avión despega. Mamá recuerda que el ruido la aturdía. El ruido y la voz del militar que les decía que las iban a tirar al mar. Fue su primer viaje en avión. Tenía 26 años.

44 años después, vuelve a entrar a su celda y yo le saco esta foto. Esta vez no está esposada y nadie amenaza con matarla y no lleva vendas en los ojos. Es 8 de marzo. Está con sus compañeras, también ex presas políticas. Recorren la Alcaidía. Hablan con los presos. No piensan en ellas. No hay mucho espacio para el recuerdo, porque la cárcel está gris y sucia. Y hay moscas. Y hace calor. Y no hay luz. Y no hay ventanas. Y no corre el viento. Y los presos les cuentan que pasan hambre. Que están enfermos de tanta oscuridad. Y entonces se olvidan de ellas. Y siguen militando como cuando se las llevaron detenidas -Tenemos que hacer algo por estos chicos - dicen - 40 años después y siguen dando la misma polenta-



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